10 trucos de toda abuela española para ahorrar sin esfuerzo

De verdad, olvídate de hacer la compra semanal y de aprovecharte de las ofertas que los hipermercados lanzan de vez en cuando, porque normalmente lo barato… No es tan barato. Haz como los abuelos, que acuden cada día al mercado a por productos frescos. El truco está en comprar lo necesario, bueno y con frecuencia. ¿No puedes ir a diario a comprar al mercado? Designa una cantidad limitada para la compra semanal, y no te pases.

Suena a chino, pero es básicamente el truco más viejo del mundo: cuando el dinero en efectivo se acaba, se acabó y así ya no gastas. Nada de utilizar tarjetas -mira a tiempo real dónde va tu dinero, así podrás administrar mejor tus pagos, organizar tu presupuesto de manera muy visual y conseguir lo imposible: ahorrar.

Lo mejor de ir a un mercado no solo es que puedes comprar productos frescos, sino que también podrás comparar precios y calidades entre diferentes establecimientos. ¿Bajos de presupuesto? Mejor estar al tanto de las mejores ofertas y controlar el increíble mundo de los cupones de descuento, que nunca está de más. Ahora bien, ¡cuidado con las “ofertas relámpago”! Si has de caer en la tentación, que sea con productos que no compras habitualmente, como detergente de lavadora.

Una de las ventajas de tener abuelas es que probablemente te hayas dado cuenta que ellas no desperdician absolutamente nada. ¿Sobra algo de carne? Hacer croquetas. ¿El gel está a punto de acabarse? Echa agua para estirar dos o tres baños más el producto. Nada se acaba hasta que se llega al final.

Para evitar desperdiciar o gastar más de la cuenta, una de las claves es llevar una lista de la compra. Ahí habremos escrito aquellos productos que se necesitan, sobre todo en temas de alimentación. Lo mejor para ahorrar en las comidas del día es establecer un menú para la semana -la manera de decidir qué comprar-, y así evitaremos comprar cosas innecesarias a la hora de ir al súper.

Si el objetivo es ir lo más económico posible, hay que seguir una máxima: la comida casera siempre es mucho más barata que la que puedas comer fuera de casa. Lo mejor, que es mucho más saludable que cualquier cosa que encuentres. Cocinando con antelación y echando mano del congelador en caso de no tener tiempo te ahorrarás muchos quebraderos de cabeza (y de tu bolsillo). Cocinar una gran cantidad de un alimento básico para luego utilizarlo durante la semana. Aléjate de las comidas preparadas y huye de los teléfonos de comida a domicilio. El ahorro empieza en la cocina.

Parece una tontería al estar todo automatizado en estos tiempos que corren, pero hasta las cajas registradoras pueden cometer un error. Fíjate bien en lo que marca el tique, pero también guárdalo, porque te servirá para comparar precios con otros establecimientos.

Las tendencias y la moda cambian constantemente, y las ofertas aparecen por doquier allá donde vayamos. Estamos acostumbrados a renovar nuestros armarios varias veces por temporada, y gastamos mucho más de lo necesario sin darnos cuenta.

Ahora que está de moda eso de los planners y los bullet journal, es un buen momento para hacer uso de uno de ellos para controlar los gastos y los ingresos que hacemos. Nuestras abuelas tenían esto como una de sus tareas, y es que eran las auténticas administradoras domésticas antaño. Para conseguirlo, se anotaban las entradas y salidas de dinero para controlar cómo evolucionaba el presupuesto familiar.