A Mónica, que iba de radical y hippie por la vida, no le cuajó para nada las pintas de José María y decidió dar por concluida la cita incluso antes de sentarse a cenar. En cuanto pudo, salió pitando, dejando al pobre hombre ahí solo en la barra.
Los del programa, al menos, dejaron hacer a José María un llamamiento para encontrar otra chica. ¿Llamará alguna?