Érase una vez una ciudad asediada por su propia comunidad, encabezada un líder desprestigiado que estaba entre la espada y la pared. Pero Almeida no se rindió y consiguió engañar a la malvada Ayuso haciéndole creer que estaba con ella a base de ser su bufón y decir las mismas tonterías que ella de vez en cuando.
Pero entonces, tal día como hoy, Almeida lideró una ofensiva para poder llevar a cabo las medidas responsables y de derecha moderada que anhelaba para su ciudad. En un acto de audacia absoluta, se fue directo a la casa de Ayuso con un diccionario de la RAE en la mano y se lo estampó en la cara, matándola al instante por el peso de semejante tocho.
Madrid estaba a salvo, y Almeida siempre sería recordado como un héroe nacional
1 Comentario