El 4 de Octubre de 1995 un joven moría en una gasolinera. Él era Juan Holgado, trabajador gasolinera de Martín Ferrador en Jerez de la Frontera (Cádiz) Moría de una muerte horrible con treinta puñaladas. El joven dejó atrás una vida tranquila con su familia y su pareja. Lo que parecía un crimen terrible en una localidad tranquila se convirtió en un suceso sin final. Tanto su madre, su padre y su hermano siguen luchando. Los homenajes como el pequeño monumento en una glorieta cercana al lugar donde perdió la vida, las mejoras en la seguridad en las gasolineras o los múltiples gestos de afecto hacia él como hacia su familia no devuelven la integridad y la paz a ésta familia. Sus asesinos aún están en calle. Francisco se hizo popular a través de una miniserie que narraba el brutal asesinato de su hijo, como él se infiltró entre sus asesinos y consiguió pruebas que ni la policía hubiese logrado, pues se cometieron múltiples errores policiales y judiciales. Hace unos años su familia tuvo que ver la tumba de su hijo destrozada. También tuvieron que ver como las pruebas, conseguidas por Francisco, se desestimaban y sus criminales quedaban libres, impunes y la justicia se alejaba del sufrido corazón de su madre, su padre y todos aquellos que lo conocían. Todavía hoy se pueden ver pintadas con spray negro por la ciudad, aunque se borran con cierta facilidad, que reza lo siguiente: JUSTICIA PARA JUAN HOLGADO. ¿Cuándo su padre va descansar? ¿Y cuándo lo hará su madre? Es una pregunta que tiene sencilla respuesta: CUANDO LOS ASESINOS DE SU HIJO TERMINEN ENTRE REJAS.