El problema no es que uno de los virus sea muy malo y el otro no, sino que la inmensa mayoría de la gente tiene que trabajar para no morirse de hambre (si la gente no trabaja, el Estado no tiene dinero para dar ayudas a toda la gente), y además muchos no tienen más remedio que usar transporte público para ir a trabajar. Hay que tener en cuenta que, en primer lugar, no todos tienen coche o moto, y en segundo lugar, no hay plazas de aparcamiento para que todos dejen el vehículo o, si existen, el coste de dejar el coche aparcado durante toda la jornada laboral puede exceder lo que van a ganar trabajando. Se trata de cortar la transmisión en los lugares en se puede cortar, intentando a su vez que el impacto económico sea el menor posible y sea asumible por el Estado.
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