Es evidente que hay un conflicto serio entre asociaciones feministas, si hay un "debate" sobre la ley trans. Y es un conflicto que nace de las entrañas. Una parte concibe el género como opresión y la otra como identidad.
Una parte cree que entender el género como identidad es legitimar la violencia estructural sobre la mujer y institucionalizar los estereotipos de género. La otra parte entiende que el género es su identidad y que negar eso es negar su propia existencia.
Vamos que las dos partes sienten atacadas una parte sensible de su naturaleza y propia existencia y responden en consecuencia. A eso le sumamos que en todos sitios hay tremendos gilis y podemos empezar a entrever los entresijos del problema.
Y luego están intereses partidistas que intentan apropiarse de ciertas luchas para venderlas como éxitos propios acentuado por el conflicto que hay dentro de la coalición (hay un choque entre Calvo y Montero), de partidos que están en contra desde la derecha y extrema derecha y de ciertas empresas que tienen intereses en temas muy diferentes y van metiendo mano de forma sutil en ciertos momentos como farmacéuticas y las empresas de vientres de alquiler.
Por último, no hay debate posible entre partes porque cada uno piensa que su posición no es debatible, por lo que representa que las interacciones entre lados se hacen mayormente en redes sociales donde se da más visibilidad a los más idiotas y tenemos el circo perfecto.
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