Joder, quién asesora a esta mujer en estas cosas, es que es imposible mirarla y no ver un mojón, además por experiencia propia no se tiene una escultura de ese estilo en solo dos meses, huele a chanchullo.
Cualquiera diría que cogieron una escultura random y la emplearon para tapar algún agujerillo. Esta mujer merece unas cuantas puñaladas al salir de su casa.
En Twitter hay un hilo que explica que es una escultura elaborada en 2017, cuyo autor ha donado ahora como homenaje a las víctimas del COVID19. Se ve que le costaba colocarla, y bueno, un poquito de publicidad.
6 Comentarios