Cuando tu deficiencia mental es tan grave que te empieza a importar lo que hablan dos desconocidas que se sientan cerca tuyo. Que si supieran lo imbécil que eres, seguramente huirían de ti.
Esto es como ir en el cercanías y que vayan dos vecinas hablando de sus nietos, pero en una terraza, nadie se aburre tanto como para tener la oreja puesta en la mesa contigua.
[*2*] todos conocemos a alguien como los que representan en pantomima y, cuando no reconozcas al personaje que hacen, probablemente seas tu mismo. Unos cracks
Dos mesas en una terraza:
- en una hay dos chicas charlando sobre exfoliantes, ensaladas y lo que les sale del potorro.
- en la otra hay un tío muy triste que se sienta solo (si estuviese acompañado atendería a su propia conversación y no a la de la mesa de al lado), molesto porque esas dos chicas jóvenes y acomodadas pasan un rato de ocio en la terraza hablando de cosas superficiales con las que disfrutan en lugar de agobiarse mutuamente con motivo del cambio climático, el paro, el machismo, el coronavirus, el auge del fascismo internacional o cualquier otro tema de conversación clasificado como PAHE (Podemos Aprueba Hablar de Esto).
Toma ya "periodismo de investigación": chafardear lo que dicen las chicas de la mesa de al lado...
Y encima nos quedamos sin saber cuál es la mejor ensalada César de Madrid (porque lo que está claro aunque Daniel no lo diga es que los paibons pasaron de su culo). Por cierto, ¿no queda muy machista todo ese rollo de "las pititas hablando de sus cremitas y sus ensaladitas"?
Que alguien avise a Antonio Maestre de que le quieren quitar el puesto de Tonto Oficial.
¿Creíais que la Policía del balcón había desaparecido?
Ilusos...
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